miércoles, 12 de octubre de 2011

11. Diata 2.

     Una vez de que sacaron a Iyiring de Ishmail’s, consiguieron que un diablillo lo llevara al hospital (Por cierta suma de dinero, claro está). Si una persona, viva, hubiese sufrido del mismo golpe del que sufrió Iyiring, probablemente habría muerto en unos pocos minutos, pero como ya he dicho antes los diablillos son mucho más resistentes que nosotros. Iyiring se recuperó completamente después de unos días.  
     Después de la pelea fui acosado con preguntas respecto a aquella diata y sus motivos, que por qué me odiaba y cosas así. Aunque era un secreto que había guardado por ya bastantes años, decidí confesarlo, y como ya lo saben todos quienes me conocen, por qué no escribirlo aquí:
     Es bastante simple. Yo mismo fui uno de los científicos participantes en el proyecto de la mezcla de ADN que les conté antes. Aquel tema, el de combinar distintas especies, siempre había sido un sueño inalcanzable para los científicos en la tierra, y cada año llegaban y llegan más y más al limbo. No hizo falta mucho tiempo para darnos cuenta de que aquí, con tiempo prácticamente infinito, seriamos capaces de resolver los misterios de la ciencia. Al principio lo vimos difícil, considerando que las leyes de aquí eran diferentes a las de allá, pero con el tiempo nos dimos cuenta de que en realidad habían pocas diferencias. Por ejemplo, las llamadas antorchas infinitas en realidad resultaron ser alimentadas por un flujo de fuego desde el piso inferior. Ahora, nadie sabe si aquel fuego es infinito o no, pero los científicos asumen que no y todo el resto de las personas que sí.
     Supe que allá arriba se habían creado quimeras; combinaciones de dos especies parecidas, pero con medios digamos que naturales. Seguro,  era por fecundación artificial, pero era por fecundación al fin y al cabo, además de que solo permitía juntar especies similares: Leones con tigres, camellos con llamas, burros con caballos, etc. Pero nosotros queríamos mezclar especies mediante la simple mezcla o modificación del ADN, que luego sería implantado y actuaria igual que un virus, modificando el funcionamiento de las células del organismo. Queríamos de esta manera poder mezclar especies totalmente diferente al modificar solo algunos cuantos cromosomas, pero manteniendo el numero original. Sería como si la especie mutara.
    Funciono.
    Y una vez que nos percatamos de que fue posible completar nuestro plan, decidimos darle un uso práctico: Revelarnos contra el régimen del diablo e imponer el nuestro. ¿Cómo hacerlo? Robándoles el poder a los diablillos. Encontramos una especie de bodega abandonada en R4, perfecta para realizar nuestros experimentos a una mayor escala y de manera secreta. A nadie jamás se le ocurriría buscar en un lugar tan obvio, además de ignorado.
    El resto de la historia ya la conocen. Las diatas se convirtieron en marginados sociales, nadie las quería ni parecía recordar que alguna vez habían sido diablillos comunes y corrientes. Cabe destacar también, que una diata tiene una capacidad mental considerablemente inferior a la de un diablillo normal. No pueden comunicarse demasiado y no poseen ciertas capacidades como es la motricidad fina tanto en sus manos como en sus pies, simplemente al casi no poseer extremidades. Cuando encontraron nuestro laboratorio nos persiguieron. Algunos de mis compañeros fueron de hecho enviados a juicio, demandados por las diatas, y terminaron pagando condena en algún otro circulo, pero con el tiempo todos se dieron cuenta de lo estúpidas que eran, y ya no les hicieron más caso. Entonces decidieron simplemente buscar a los científicos para torturarlos, lo que las termino metiendo en problemas a ellas mismas, y poco a poco se fueron eliminando, asesinadas o encarceladas. Todavía quedan algunas dando vueltas, pero ya deben ser bastante pocas.
   -Te llevare a “apostar”, aunque en realidad iras a jugar como se juega cualquier juego de estrategia, y te enseñare a ganar. – Le dije yo a Nacho. – Así entrenaras tu ingenio, y espero que te sirva.
   -Oye, era mi idea entrenarlo. – Se quejó Lisa.
   -Entonces propón algo mejor. – Dije. Lisa sabía muy bien que no habría nada mejor. – O ven con nosotros, si quieres.
   -¿Ir con ustedes? Como si pudiese perder mi tiempo con esas cosas. – Dijo Lisa con tono arrogante. Se dio media vuelta y camino hacia el bar. Sé que si quería ir, pero ella tiene su orgullo.
   -Entonces Nacho, vámonos. Solo te quedan… 19 horas. Hay que apurarse. – Trate de animar a Nacho.
   -Supongo que está bien. Vamos. – Dijo él.
   -Te llevare a la Casa del Sol Naciente.

lunes, 10 de octubre de 2011

10. Diata.

Las Diatas son una mezcla de diablillos y ratas. Son básicamente ratas gigantes que caminan en sus patas traseras, con cuernos y enormes garras y dientes, cola de diablillo y pelaje rojo.
     Muchos desconocen cuál fue el verdadero inicio de las Diatas, así que yo lo voy a explicar aquí. Hay un sector del limbo llamado R4 que ahora está habitado casi por puras Diatas pero originalmente lo habitaban solamente diablillos. No se le permitía la entrada a los muertos. Ese sector era famoso por que se habían encontrado ratas vagando por él, lo que era de lo más extraño, considerando que en el infierno no hay animales.
     También fue ese el sector elegido para llevar a cabo una investigación secreta por parte de los muertos, tratando de mezclar ADN de diablillo con el de nosotros con el fin de ser lo suficientemente fuertes como para revelarse. Consiguieron a un par de “voluntarios”, y el experimento iba bastante bien, pero las instalaciones fueron atacadas por ratas. Hubo dos errores garrafales causados por ellas: Primero, ADN de rata se mezcló con el de diablillo, (Fíjate que si hubieran ocupado ese ADN, ahora habría hombres-diata.) y segundo, una rata rompió el tanque donde se contenía.
     El ADN que había en el tanque estaba diseñado para infectar a las personas como un virus, modificando el trabajo de cada célula para así poder transformarse en semi-diablillos. El ADN fue liberado en el aire del sector R4, donde solo había diablillos, y todos comenzaron a transformarse en diatas. Los humanos se percataron del error y tomaron medidas de protección, y luego simplemente huyeron. (Aunque cuenta la leyenda de que si existe un hombre-diata que ahora lucha contra el crimen.) Las diatas encontraron el laboratorio y ahora persiguen a quienes trabajaron en el proyecto.
    Esta diata que entro cumplía el perfil de la diata común, aunque hay que destacar que medía como dos metros y en general era muy grande.
    Al darse cuenta todos de lo que ocurría se quedaron callados. La diata caminó hasta el centro del bar y miró a su alrededor… hasta que me vio.
   -¡Por fin te encuentro, maldito! – Gritó.
    Y corrió hacia mí, lanzándome un gran zarpazo que casi no alcanzo a esquivar. Lisa y Nacho se escabulleron rápidamente, pero yo me quede ahí. La gente del bar acudió a ayudarme e intentaron inmovilizar a la diata, pero simplemente los empujó lejos con un giro, estrellándolos contra mesas y sillas. Obviamente nadie aquí podría detenerla. Iyiring quizá, pero en ese momento no estaba ahí.
    La diata tenía un tridente. Los tridentes solo pueden ser activados por diablillos (Y por diatas, al tener su ADN), y están reservados a los guardias y prohibidos al resto (Digamos que son como armas de fuego ahí en la tierra). Esta diata había conseguido uno. Tienen un montón de poderes; ahora se disponía a incendiarme a mí, junto con todo el local.
   Vi cómo se encendía fuego en las tres puntas del tridente, y corrí fuera de Ishmail’s para salvar el lugar, mientras el cantinero se retorcía detrás de la barra. Pero la diata no me siguió. Comprendió mi intención, y decidió simplemente quemar el lugar incluso sin mí.
   Las llamas de su tridente se hacían cada vez más grandes y ya se disponía a lanzarlas contra las mesas, sillas y demás objetos inflamables, mientras Ishmail se preguntaba que rayos debía hacer para salvar su negocio. Entonces, con un rápido movimiento, Nacho pudo quitarle el tridente de la garra y lanzarlo por la puerta hacia la calle.
    Ahora el local no se iba a incendiar, pero no por eso la diata era menos amenazante. Seguía siendo una rata gigante de dos metros con enormes garras y cuernos, y dientes capaces de cortar a través del concreto, además de una piel muy resistente y una cola que funcionaba como un látigo con un cuchillo en la punta.
    Y ahora le tocaba a Nacho sufrir sus arremetidas. La diata tiro dos zarpazos que Nacho esquivo hábilmente. Luego utilizó una silla para protegerse de un mordisco. La silla quedo reducida a pedazos. Un veloz coletazo que no habrá durado más de medio segundo hirió a Nacho en el brazo, que de milagro alcanzo a proteger su cara.
    En el infierno hay un sistema bastante complicado de recuperación. Como ya estamos muertos, no deberíamos poder sentir dolor al no tener cuerpos, pero si sentimos, porque o sino en el infierno no se podría torturar a nadie. Cuando nos hacen una herida, está sana en poco tiempo, aunque depende de la gravedad de la herida. Mientras más grave sea esta menos tiempo tarda en recuperarse. Es bastante contradictorio, pero asegura que heridas pequeñas dolerán por mucho tiempo, pero si a uno le cortan la cabeza, esta vuelve a pegarse al cuerpo  antes de que la espada o cuchillo termine de pasar completamente por el cuello. Esta herida que nacho había recibido era mediana, en unas horas habría de recuperarse sin ni siquiera necesitar vendaje, pero por ahora sangraba efusivamente. 
    Y la diata se preparaba para causar un poco más de daño, listo para cortarlo entero con sus colmillos, cuando entro volando Iyiring por la puerta y se tiró encima de ella. Iyiring justo venia llegando cuando me vio afuera, y había entrado para poder ser el héroe.
   Iyiring le clavo sus garras, pero su piel gruesa las resistió perfectamente. Se lo quitó de encima y lo tiró contra una mesa. Iba a morderlo, pero el diablillo aprovechó el hecho de que el si tiene extremidades y conectó con una patada recia a la mandíbula del animal, que lo dejó bastante aturdido, pero aprovechó a girar con su cola extendía. Como su cola mide tres metros por si sola, era capaz de alcanzar a bastantes personas de esta manera. Le dio un buen corte de pelo a uno de los presentes. Iyiring se salvó por los pelos de ser herido por esta. Después se levantó y trato de hacer espacio entre él y la diata.
   -¡Iyiring, el tridente! – Grite yo, lanzándole el tridente desde afuera.
    Lamentablemente no alcanzó a comprender el grito antes de que la diata recuperara el tridente con su boca, pero el diablillo también lo agarró y empezaron cada uno a tirar para quitárselo al otro.
    Pequeñas llamas empezaron a surgir desde las tres puntas. La diata estaba lista otra vez para incendiar el local. Tiro un coletazo directo hacia la cabeza de Iyiring, pero el alcanzo a agarrar su cola en el último momento. Soltó el tridente y se elevó un poco, tirando la cola de la diata hacia arriba. Por culpa del techo, no alcanzo a levantarla, pero logro que se callera de frente y golpeara su hocico contra el piso, soltando el tridente. Se abalanzó sobre este y lo cogió. Apunto a la diata y disparo una poderosa corriente de aire que mando a la diata (junto con una mesa y varias sillas) volando a través de toda la habitación. Supongo que planeaba empujarla por la puerta, pero fallo, y la diata se estrelló contra la pared. Entre tanto la mayoría de los presentes observaban siempre desde la esquina contraria de donde se encontraba la acción y yo había agarrado un gran cuchillo y estaba listo para atacar en el momento justo.
   Iyiring se tiró sobre la diata y agarró su cola, planeando arrastrarla fuera del local, pero esta simplemente la tiró hiriendo las manos de Iyiring. Los diablillos son mortales. Viven un promedio de 300 años, pero son perfectamente mortales y no se recuperan tan rápidamente como nosotros. La diata se disponía a acabarlo con un mordisco mortal, cuando fui y le clave el cuchillo en la espalda. Este apenas logro cortar un poco su dura piel. Realmente no le había hecho mucho daño (Ahora pienso que fue algo bastante estúpido, ese cuchillo de pan no tenía suficiente filo como para hacerle ningún daño a nadie). Se giró y me agarró fuertemente con ambas manos, y luego me azotó contra la pared. Casi perdí el conocimiento en ese punto. Iyiring lo atacó con su propia cola, dándole un buen corte en la cabeza. La cola de un diablillo no es tan larga como la de una diata, y el movimiento lo dejó bastante indefenso, aunque fuera por solo un segundo le dio tiempo a la diata para embestirlo con la cabeza ocupando toda su fuerza. Le enterró sus duros cuernos en su abdomen. Luego utilizó su cola para sacárselo de encima. Estaba gravemente herido.
   Todos los que estaban en el bar se quedaron atónitos. Sabían que tenían que ir a buscar ayuda, pero no se atrevían a salir, por miedo a que la diata los atacara a ellos. La sangre salía a chorros por las heridas de Iyiring
   -¡Si igual no puede hacernos nada! – Se decidió a gritar uno de los presentes – ¡Vamos!
   Eran 5 quienes estaban en el bar (Además de Ishmail, escondido tras la barra, Iyiring y yo), Nacho, Lisa y 3 hombres más. Todos ellos corrieron hacia Iyiring y lo sacaron de ahí. La diata simplemente los miró de reojo, le daba absolutamente igual lo que hicieran con él. Me miró a mí.
   -¡Tu-tu-tu nos arruinaste la vida! – Grito la diata enfurecida. - ¡Te odio!
   Estoy seguro que en ese momento la diata se disponía a sacarme los intestinos con sus colmillos. No estoy seguro de como funcionaria mi recuperación en ese caso, pero probablemente iba a doler, y en ese preciso instante no había nadie que pudiera defenderme. Trate de cubrirme con mis brazos.
    De repente la diata se detuvo. Vi en el interior de su garganta la punta de una flecha. Luego de otra. Sufrió algunos disparos más, y calló sobre mí, con su boca abierta. Apenas me podía mover, pero me encogí en el último instante y la diata clavo sus dientes en la pared sobre mi cabeza. Me escabullí con dificultad por debajo de ella. Tenía varios impactos de flecha en su cabeza. Estaba muerta.
    -Y sirvió de algo al final esta cosa. – Dijo Ishmail, quien estaba parado detrás de mí temblando, con una ballesta en sus manos. No cualquier ballesta, sino que mi ballesta semi-automática.
    -Viste que casi me… ¡Casi me corta la cabeza! – Dije yo, no se me ocurría nada más que decir.
    -Casi te come las tripas, agradéceme algo, je. – Dijo el con una sonrisa. – ¿Y de que se trataba todo eso?  
     En efecto, nadie sabía de qué se trataba todo eso, excepto yo.

domingo, 9 de octubre de 2011

9. Deliberacion.

     -¿Cuál diría el que apuñala que son las dos puertas malas? – Propuso Lisa sin rodeos.
      Nacho pensó por unos momentos.
     -Pero me iría de puñalada probablemente, se supone que la pregunta sea simple. – Dijo él.
     -Entonces dilo de una manera más simple – Respondió ella, un poco molesta.
     -Pero en cualquier caso no serviría, las respuestas serian diferentes para el que miente y el que no. – Dijo Nacho.
     -¡Entonces di algo tú, si eres tan bueno en esto! – Le grito Lisa, ya enojada.
      Nacho se quedó callado. En realidad no había pensado nada sobre su desafío; se había limitado simplemente a escuchar los intentos de los demás y comprobar que no servirían de nada.
     -No sé, no lo he pensado. – Dijo el, avergonzado.
     -¡Pues tienes que pensar! ¿Acaso quieres terminar condenado por toda la eternidad encerrado en un ataúd cocinado por un fuego eterno? – Dijo Lisa como una madre retando a su hijo por no seguir la carrera que ella quería. Era lógico que Nacho debía concentrarse en resolver el reto. No le quedaba mucho tiempo.
      Pero Nacho tenía otras cosas en su mente.
    -¡¿Cómo sabes tú lo que yo quiero?! – Dijo el, como un hijo a su madre cuando esta le obliga a estudiar una profesión que él no quiere, mientras sus ojos se volvían vidriosos.
     A Lisa le sorprendió esta repentina respuesta. No tenía idea sobre lo que hablaba Nacho, ¿por qué no iba a querer salvarse de aquel castigo? Así que decidió no tocar más el tema. Pero tenía planeado probar su ingenio.
    -Había una vez un bufón que fue condenado a muerte por la corte del Rey, pero se le permitió escoger la manera de morir. Al final el vivió por muchos años más. ¿Qué manera eligió?
     Nacho la habrá pensado por uno o dos segundos.
    -¿Morir de viejo? – Titubeo el, mientras se secaba los ojos. Me parece que titubeo porque simplemente le pareció demasiado fácil para ser cierto.
    -Eh, sí. – Dijo Lisa, algo molesta por su rapidez. – Pero seguro ya lo conocías.
    -Te juro que nunca lo había escuchado antes. – Respondió el.
    -Como sea, otro. Un hombre llega a un lugar y muere al instante. Si hubiese sacado algo de su mochila antes de llegar hubiese sobrevivido. ¿Qué cosa tenía que haber sacado? – Continuó Lisa.
    -Ummm,  ¿una máscara de gas? No, espera. ¡Un paracaídas! – Dijo Nacho.
    -Sí, sí, esa es la respuesta. – Obviamente Lisa esperaba ser ella quien tuviese que explicarle estos acertijos a Nacho. – Un hombre apaga la luz y se va a dormir. A la mañana siguiente se enteró de que por su culpa habían muerto muchas personas. ¿Qué había pasado?
    Nacho tuvo que pensar más para este que para los otros dos.
   -Apagó la luz… y se fue a dormir… Pudo haber sido algún trabajador de una planta eléctrica. Pero no, eso sería electricidad, no luz. ¿Quizás alguien que trabajase en una fábrica? Pero las fábricas no funcionan de noche y creo que nadie duerme en ellas. ¿Una torre de control de un aeropuerto? Pero los aviones realmente no necesitan luz… ¡Espera! ¡Lo sé! ¡Un faro! ¡El hombre controlaba un faro!
   Lisa estaba bastante sorprendida esta vez.
   Si, tienes razón. Esa es la respuesta. – Dijo ella. Realmente quería que Nacho se equivocara.
  -Oye, ¿y no tienes de esos re largos que salen a veces que hasta hay que anotarlos en un papel? – Pregunto Nacho.
  -No. – Dijo tajantemente ella. Esos “largos y difíciles” son nada más que una ecuación larga o algo así, pista por pista vas revelando hasta que tienes la respuesta. Solo requieren un poco de paciencia, pero tienen una formula como cualquier operación matemática. No tienen nada de ingenio real, igual que esas de que tales personas tienen que cruzar tal rio pero solo caben dos en el bote y la cabra no puede ir con el lobo y bla bla, ¡NO SIRVEN! Son puras formulas y formulas. Bueno como sea. Ahora otro.
    Pero en ese momento interrumpí yo. Había entrado sin que se diesen cuenta, y estaba bastante aliviado de que Nacho estuviese allí. Fui y me senté en la mesa en la que estaban.
   -¿Otra vez tirando esas adivinanzas de niños? Nacho, si quieres entrenarte un poco más, yo sé en realidad a donde tienes que ir.
    Y justo ahí entró por la puerta una Diata.

martes, 4 de octubre de 2011

8. Musica y Champotes.


     Yo no contaba con la velocidad de Nacho. Cuando salí del lugar él ya estaba dando la vuelta a la esquina. Esprinte lo más rápido que pude, pero cuando yo doble hacia donde él se había ido, había desaparecido. Recorrí unas cuadras más pero no lo encontré. En ese momento pensé que ya no lo vería de nuevo. Ósea, lo vería en unas horas más en la tele, pero no lo vería mas en persona. Volví a Ishmail’s por si acaso él había ido allí buscando ayuda, pero fue en vano. Decepcionado, me fui a mi casa.
    Era una pena, me caía bien. Además de que ir de profesor es algo que me gusta, pero bueno, no sería el último que llegue al infierno.
    Pero esa no fue la última vez que lo vi. Unas horas más tarde, Nacho llego al bar, que estaba casi vacío, en el solo estaban el dueño del local y Lisa, sentada leyendo en algún rincón. Ishmail’s por cierto, nunca cierra. En el infierno no hay día ni noche y tampoco hay sueño, asique no hay razón para que cierre nunca puesto que Ishmail no tiene nada más que hacer. Cuando Nacho entro él se encontraba cantando un mix de los ochentas detrás de la barra. Nuestro hombre se sentó en una silla cualquiera. Según cuentan, llego con los ojos rojos y la mirada vacía y parecía estar hundido muy profundo en sus pensamientos.
   -What’s love got to do with it, got to do with it? – Cantaba Ishmail.
   -What’s love, but a second hand emotion? – Cantaron al unisono Nacho e Ishmail. Este se sorprendió bastante, al parecer había encontrado a alguien con su mismo gusto musical.
   -What’s love got to do with it, got to do with it, who needs a heart when a heart can be broken? – Terminaron ambos de cantar el coro. Después de esa canción le siguieron canciones de Village People, Rick Astley, Michael Jackson, ABBA, Queen e incluso canciones más actuales como de Lady Gaga y Shakira y no había canción que uno supiera que el otro no.
   -¿Tu moriste hace poco tiempo? – Pregunto Nacho, asumiendo que tenía que haber conocido esas canciones antes de morir.
   -¡Oh, no! Yo llevo aquí unos doscientos años, sino pregúntale a Lisa.
   -193 años llevas acá. – Dijo ella desde su rincón. Hace un rato que el dúo recién formado la había distraído de su lectura.
   -¿Y entonces como es que conoces todas esas canciones? – Curioseo Nacho.
   -Y aquí viene otra vez… - Dijo Lisa con una sonrisa maligna en la cara.
   -O eso es una larga historia, ¿Quieres escucharla? Te la contare. – Dijo Ishmail, sin esperar respuesta a su pregunta. Le encanta contar sus anécdotas, y tienden a ser largas.
     Ishmail comenzó a relatar. Al hacerlo gesticulaba y actuaba mucho, digamos que era bastante bueno contando historias:
     “Hace como treinta años había un lugarcillo llamado “Don Diablo”, justo al frente del mío, que era mi más odiado rival. Hubo un punto en que casi me lleva a la banca rota, pero logre mantenerme por suerte (Y con alguna que otra ayuda de algún amigo). En ese restorán servían unos panqueques tan buenos que lo tengo que admitir. Eran exquisitos y cautivaron a toda mi clientela. Necesitaba un destello de genialidad para poder crear algo que pudiera traerla devuelta. Hubo algunos intentos fallidos de una torta de chocolate triple, o de puro manjar, pero resultaron demasiado empalagosas. Tristemente, yo era pésimo cocinero, así que decidí buscar inspiración en la tierra.”
   -O sea, ¿Hacer trampa? – Dijo Nacho.
   -No, se llama saber ocupar todos los recursos. – Se justificó el cantinero.
   “Entonces soborne a un diablillo para que me llevara al piso de arriba.”
   -¿Piso de arriba? – Aquello era algo que Nacho no conocía todavía.
   -¿No lo conoces? Te explicare – Aprovecho Ishmail para alargar más su historia.
   -¡Y otra vez mas! – Dijo Lisa desde su rincón.
   “Cuando alguien muere y viene al infierno, llega por el piso de arriba a través de un portal que cruza la dimensión espiritual, conectando la zona de los vivos con la de los muertos. A la salida del portal los espera un diablillo guardia, que los lleva hasta el lugar correspondiente. Al piso de arriba solo se puede acceder volando, por lo tanto la entrada es exclusiva a los diablillos, pero siendo el dinero lo más importante para uno de ellos no es nada difícil sobornarlos para que te lleven.
    En el techo de la sección del piso de arriba que queda exactamente sobre el centro de la ciudad constantemente se abren portales que conectan con todas partes del mundo. Si alguien que está a punto de morir es resucitado, el portal se comprime como un resorte, temporalmente uniendo ambas dimensiones. Si es que justo en el instante en que esto ocurre hay alguien parado bajo el portal, entonces es arrastrado de vuelta a la tierra. Obviamente la resucitación, aunque no es tan poco común, si es un hecho bastante aislado, y hay bastante poca posibilidad de que des con el portal correcto en el momento correcto. Normalmente la gente intenta aumentar sus posibilidades apuntando un ventilador hacia el portal que tratan de ingresar, esperando que por casualidad alguien esté a punto de morir asfixiado. Esto aumenta las posibilidades en un pequeño porcentaje, pero normalmente solo causan una brisa fría y misteriosa al momento de morir alguna persona.
    Si uno de verdad logra volver a la tierra, no es capaz de tocar ni interactuar con nada. Uno puede atravesar paredes y volar, pero no puede tocar objetos ni hablar, aunque uno puede comunicarse con las personas, pero solo metiéndose dentro de sus mentes, lo que trae la triste consecuencia de tener que escuchar todos los pensamientos de esa persona. Estos factores normalmente llevan a los espíritus que salieron del infierno a querer volver a entrar, considerando que el limbo en que vivimos es de hecho un lugar bastante agradable. La única manera de volver es estando dentro de la mente de alguien que va al infierno.”
   -Pero todo eso, ¿no es ilegal aquí? – Pregunto Nacho. Estaba bastante interesado en la historia.
   -Pues no. No hay muchas leyes por aquí pero en realidad uno no tiene tampoco mucho poder. Los diablillos son mucho más fuertes y poderosos que nosotros. – Respondió Ishmail. – Consideran que ser un alma en pena en la tierra es de hecho peor que estar en limbo, así que les da lo mismo. Pero déjame seguir.
   “Pues deje a  Agi [Ahora me doy cuenta de que no le había dicho mi nombre a Nacho todavía en aquel momento], aquel tipo que estuvo contigo antes, a cargo del bar, soborne a un diablillo guardia y subí al piso de arriba. Todos me habían metido miedo con sus historias sobre lo horrible que era estar allá arriba, y sobre que en realidad era casi imposible, pero yo fui y me puse debajo del primer portal que vi, y me absorbió. Sí, no te miento, el primer portal que intente fue el que me absorbió. Tuve bastante suerte. Llegue como el 1980 o 1981. Era la época de la guerra fría, pero más que eso, la época disco. Pude haber intentado buscar el mejor postre y tratar de volver lo más rápido posible, pero aquella época simplemente me encanto. ABBA, Queen, todas esas canciones que cantamos antes eran simplemente demasiado buenas. Me quede casi 10 años o quizás más. Era un espíritu en pena que disfrutaba en primera fila de los mejores conciertos. Durante ese tiempo descubrí un alfajor doble llamado Panchote, me pareció buena la idea, pero lo renombre Champote, para no ser tan copión. Pero aun con este alfajor, que me parecía suficiente como para ganarle a Don Diablo, decidí quedarme en la tierra. Recorrí todos los continentes, asuste gente inocente, conocí a mis descendientes y muchas cosas más. Fue una de mis mejores épocas.
    Pero como 10 años después de haber llegado, me encontré de casualidad con otra alma en pena, alguien quien yo conocía personalmente, y solía frecuentar mi cantina. En ese momento me volvieron  remordimientos con  los que ya había tenido que luchar varias veces durante mi estadía en la tierra. Le pregunte sobre Ishmail’s y Don Diablo. Me conto que Don Diablo ya no existía. No sabía si había quebrado o se había movido o si simplemente el dueño lo había dejado, pero en su lugar ahora había una tienda de tatuajes (que ya cerro por cierto, ahora esta vacío). Agi había hecho un buen trabajo, pero rotaba normalmente con otra gente. Mi bar iba bien, pero ya no era mi bar. Tenía que volver, y tenía que volver bien e introducir el Champote.
    Para volver, mucha gente decide meterse dentro de la cabeza de alguien y comenzar a decirles que se maten hasta que finalmente lo hacen para terminar con el tormento. Yo no estaba dispuesto a hacer algo como eso, asique me puse a pensar en donde encontraría la mayor cantidad de muertes. Pero no tuve que pensar mucho, me di cuenta que había un grupo de gente observando a alguien que estaba parado en el borde del techo de un edificio, a punto de saltar. Era mi oportunidad. Volé lo más rápido que pude y me metí en su cuerpo cuando él ya estaba cayendo. Ni siquiera tuve tiempo de oír sus pensamientos. Al llegar devuelta al infierno el guardia me reprocho, pero no fue muy largo, puesto que tenía que ocuparse del recién suicidado. Los suicidas siempre van al infierno, sean creyentes o no,  y conforman prácticamente el total de los condenados que no son ateos, pero también la mayoría de los suicidas son ateos, asique es un grupo bastante pequeño.”
   -Bueno, eso explica bastante, ¿pero como es que conoces canciones más actuales? – Pregunto Nacho.
   -Ah, es que hay un tipo que creo una especie de conexión clandestina entre la tierra y el infierno, que deja pasar ondas de radio. Así consigue sintonizar algunas estaciones y se creó un negocio bastante exitoso, aunque ilegal. – Conto Ishmail. – Somos bastante buenos amigos, a veces viene aquí con una radio que trae escondida y así es como escucho las canciones más recientes, además de las clásicas.
   -Y… no hubiese sido esa una explicación suficiente a la pregunta de “¿cómo es que conoces canciones de la tierra?”
   -Pshhhh… pero, pero, no, no, eso no hubiese explicado nada. – Tartamudeo el ochentero. – Bueno tú, ¿qué planeas hacer ahora? Te quedan solo como 20 horas. – Dijo el para cambiar de tema.
  -Eh, tu. Ven acá. – Llamo Lisa a Nacho. – Tenemos que resolver tu desafío.
   Ahora retomo la narración yo. Nacho caminó indeciso hasta la mesa en donde estaba sentada Lisa, quien estaba lista para decirle lo que había pensado y para ganar la apuesta.

domingo, 2 de octubre de 2011

7. La Biblioteca del Infierno.

    Nuestro hombre corrió hacia las enormes puertas de aquel imponente edificio sin mirar absolutamente nada, ni siquiera el mismo edificio.
      -¡Ey, tu! Una de plata. –Ladró un diablillo que estaba de guardia. Nacho lo miro con cara de niño asustado, no se había dado cuenta de él ni de ninguna otra cosa.
      -Aquí están. –Intervine, dejándole dos monedas de plata en su mano. Me dirigí a Nacho. –Aquí lo que más le importa a los diablillos es el dinero, y lamentablemente le han traspasado esos gustos a los muertos también. Aquí todo tiene un precio, mucha gente le cobra a los demás por hacerle “favores”.
      -Pero, ¿y tú? – Inquirió.
      -Para empezar yo sé que tú no tienes ni un hierro. Además a uno que ha existido tanto tiempo, que le va importar una plata más o una menos. Digo, no me voy a morir.
       Lancé un soplido de risa y Nacho hizo lo mismo, probablemente por cortesía, pero quizás no, no era tan malo el chiste, creo yo. Entramos a la biblioteca, Nacho parecía haber despertado un poco de su trance. Al principio hay un sector con mesas, en donde unas cuantas personas leían libros gordos. Todos los libros que hay ahí son muy gordos. La biblioteca está llena de estanterías que van desde el piso hasta el techo y miden unos 30 metros. Están organizadas casi como un laberinto, y no hay nada que indique que sección tiene tales libros. De entre las estanterías iban y venían personas y algunos diablillos. En el centro, al fondo, había una especie de lago luminoso cercado, y al lado de él había un escritorio con un computador. Una diablilla estaba trabajando en él.
     Era lo que más llamaba la atención, lo que es bastante, considerando el lugar en el que estaban. Obviamente fue el lugar en donde Nacho fijo su mirada.
    -¿Qué es eso? – Preguntó.
    -Eso es la base de datos. – Respondí. – La piscina está ahí de pura decoración y tradición, ya que ya no se usa, ahora todo está en ese computador de la mesa. Incluye información sobre todos y cada uno de la gente que está en el infierno, en cada uno de los círculos. Tiene como 500 Petabytes. (1 Petabyte son 1024 Terabytes)
      De repente Nacho se congelo. Su mirada tenía una expresión de angustia total. Corrió hacia la diablilla del computador, pero después de cada paso avanzaba un poquito más lento. Se detuvo enfrente del escritorio. Ella no le puso atención, estaba absolutamente concentrada en el computador
     -Eeeeh, uuum, eeeeh, puedes… - balbuceo Nacho, muerto de miedo.
     -Cualquier consulta a la base de datos cuesta un bronce. – Dijo ella monótonamente, sin apartar la vista del computador.
      Le lancé una moneda de bronce al nervioso. Casi se le cae. Se la dejo en la mesa a la diablilla, pero ella no se inmutó.
     -¡Sí! ¡Sí! ¡Lo  hice! ¡Gane buscaminas en modo experto! ¡TOMA ESO MALDITO JUEGO! – Estallo de repente la diablilla. Obviamente había estado jugando todo este tiempo. Se dirigió a Nacho – Bueno, quien quieres buscar.
    -Eeeeh… Lucia… Lucia Maya. – Tartamudeó nuestro hombre.
    -Necesito el nombre completo.
    -Lucia Isabel… Maya González
    -Ok, veamos. – La diablilla escribió rápidamente el nombre en el computador mientras murmuraba el nombre entre dientes – Y enter, cargando… listo. Mira.
      Dio vuelta el monitor para que Nacho pudiera ver lo que mostraba. Había una foto de una mujer morena con el pelo ondulado, muerta hace solo un mes, condenada por herejía a pasar la eternidad en el sexto circulo.
    -¿Qué, que hay en el sexto circulo? – Se atrevió a preguntarme Nacho.
    -En el sexto círculo te encierran en un ataúd en llamas por toda la eternidad por ser un maldito hereje. – Respondió ella sin importarle la reacción de Nacho.
      Salió corriendo hacia la puerta y dejo la Biblioteca, corrí detrás de él, antes de que se fuera a meter a algún rincón peligroso y se perdiera.

sábado, 1 de octubre de 2011

6. Lección.

Nacho salió de Ishmail’s. Quería poder estar tranquilo un rato para darse verdadera cuenta de su situación. Dos minutos más tarde regresó
    -Esto, eeeeh…, es raro. Que-que, ¿Adónde voy? – Tartamudeo Nacho.
    -Mira.-Dije – Intentare explicarte. Salgamos de aquí.
     Camine con Nacho en dirección al centro, en donde se encuentra la oficina de gobierno, la Biblioteca del Infierno, La Corte del Juicio Final, Las Puertas al Infierno, el Infrateatro, la Arena Inferno, etc. En este último nuestro hombre tendría que enfrentar a la muerte. Le quedaban 23 horas en aquel momento. Mientras caminábamos le empecé a explicar algunas cosas.
     -Moriste. Estas muerto y dentro del Infierno. En el limbo más específicamente. – Comencé – Sé que debe ser bastante difícil entenderlo por ahora. Hace solo algunas horas negabas rotundamente la existencia de este lugar, ¿no? Lamentablemente, el Infierno es real. Yo pase por lo mismo, créeme. Es difícil, bastante difícil, y por eso es que te estoy ayudando en lo que pueda.
      Le conté como eran las cosas dentro de nuestro mundo. Existe un Cielo y un Infierno, que ocupan dimensiones espirituales arriba y debajo de la superficie de la tierra respectivamente. Si alabas a dios vas al Cielo y si no, al Infierno, es bastante simple. Normalmente se toma como definitivo lo escrito en algunos libros. Además de la Biblia, que fue escrita por humanos y rige sobre la tierra, hay libros sobre el Cielo, el Infierno y Oristo. Este último siendo el más enigmático de todos.
    -¿Oristo? – Pregunto Nacho. Obviamente nunca había oído hablar de él antes.
    -Sí, Oristo. Si quieres puedo contarte un poco sobre ese lugar. Responderá a muchas preguntas, las más difíciles que imaginas, probablemente, pero también formulara muchas más. ¿Te cuento?
    -Umm… si – Vacilo el joven, algo bastante habitual en él.
    -Muy bien. Oristo es el mundo real.
     Y así comenzó la lección. Le explique lo básico sobre el lugar, lo más fácil de entender. Le conté que Oristo queda más allá de los límites del universo que conocemos, en todas las direcciones. Es un mundo muchísimo mayor al nuestro, tanto que nuestro universo entero cabria dentro de una cascara de una de sus nueces. Está habitado por seres compuestos de energía y cationes de hidrogeno, que nosotros comúnmente llamamos dioses u oristianos. La energía que los forma tiene muchos nombres; fuerza vital, chakra, prana, ki, chi, etc. Al estar formados de este “material” tienen habilidades infinitas. Pueden hacer exactamente todo lo que puedan imaginar y además no sufren de hambre, sed ni cansancio ni tampoco envejecen. La energía la generan ellos mismos al meditar. Un oristiano no es inmortal, pero en teoría puede vivir para siempre. (Aunque considerarlos vivos no sería correcto realmente).
    -¿Y cómo se matan? – Interrumpió Nacho de manera curiosa.
    -Bueno, simplemente no lo sé. Nadie lo sabe, al menos nadie que yo conozca. Déjame continuar.
     Se supone que los oristianos viven en un lugar amplio compuesto originalmente solo por energía y algunas partículas sueltas: Electrones, neutrones, neutrinos, hidrogeno y alguna que otra más. Su espacio seria infinito en todas las direcciones, y los habitantes del lugar serían capaces de moverse entre infinitas dimensiones espaciales, no solo las 3 que tenemos nosotros. Se comunican a través de una especie de telepatía, y no ocupan ningún lenguaje sino que simplemente se transmiten sus ideas y mensajes limpiamente sin ninguna especie de barrera, como es el lenguaje. Al tener tanto tiempo, espacio y habilidades, crearon miles de tipos de artes distintos, y no los artes que conocemos nosotros, sino que artes muy sofisticados que nadie en  el Cielo, la Tierra o el Infierno puede hacer, o incluso imaginar. Uno de esos artes, es el de crear universos.
      Algo dentro del cerebro de Nacho hizo click en ese momento, en pocas horas el universo había dado un giro radical para él.
     -Todo eso, ¿Es verdad? –Tuvo que cuestionarlo.
     -Eh, por aquí es reconocido como verdad universal, está escrito en los libros que hay en la Biblioteca – Apunte hacia donde se encontraba aquel edificio, solo dos cuadras más adelante.
       Nacho camino como zombi, o como sonámbulo, o como iluminado, o como niño pequeño que ve el mundo por primera vez, en realidad es bastante difícil definirlo, en dirección a la Biblioteca del Infierno. Sabía que no había ningún caso en intentar llevarlo en otra dirección, así que partí caminando detrás de él.

viernes, 30 de septiembre de 2011

5. Acoso.

      Iyiring es tan tonto a veces, bueno, más bien la mayoría de las veces, pero que le vamos a hacer, es un diablillo.
    -Seguro que es como: ¿Cuál diría el otro que es el que apuñala? – Dijo él.
    -¡Imbécil! ¡Eso no serviría de nada, y si se lo dices al que apuñala, pierdes! – Respondió una tal Lisa, insultando como siempre.
      Ella es bastante simpática normalmente, pero se cree tan superior a los demás, y odia a Iyiring, así que ya ven.
     -Y si dices ¿Cuál es la buena? – Propuso alguno- Habría 66.6% de que te digan la correcta.
     -¡Pero no se vale adivinar! Además de que quien dice que el tercer guardia diría la verdad, probablemente no lo haría. – Dijo Lisa con tono condescendiente. No estaba de muy buen humor aquel día.
      Entre tanta discusión Nacho ya no tenía idea de que se le había perdido allí. Estaba parado incómodamente en el medio de la habitación y miraba con miedo a su alrededor. Lentamente comenzó a escabullirse en dirección a la puerta intentando no ser visto para poder huir a algún lugar tranquilo.
     -¡Oigan! –Grite yo -¡El pobre se nos escapa! Vamos a terminar resolviendo el reto sin él, y así nunca sabremos si lo hicimos bien.
      Sabía que él estaba muy incómodo, pero yo quería ayudarlo. Más lejos del centro de la ciudad las cosas se tornan bastante extrañas. Nuestro pequeño bar era un lugar bastante particular en el infierno y en mi opinión el mejor lugar al que pudiese haber llegado nuestro hombre. Me acerque a él y le dije que se sentara, pregunte su nombre y si es que quería algo. Le traje un café.
    -Bueno, bueno, todos vimos el desafío que te dieron, y queremos resolverlo, o ayudarte a hacerlo. –Explique –Ahora calmémonos y pensemos. El reto del que deriva este se respondía con “¿Qué puerta diría el otro que es la mala?”, y de esa manera cualquiera de los guardias, el que miente o el que dice la verdad, apuntaría hacia la puerta buena. Ahora hay tres guardias, y del tercero no sabemos mucho. Puede que él diga la verdad, o puede que mienta, probablemente es cosa de él. Siento que la solución recae en ese guardia.
     Iyiring ya se estaba aburriendo  y decidió que yo ya había hablado demasiado y me interrumpió.
   -¿Y cómo moriste?
     De repente esa típica pregunta comenzó a resonar desde todos los lugares de la cantina (que por cierto, no suele tener más que 10 personas) y yo ya iba a callar a todos, pero Nacho quiso responder la pregunta y hablo de una manera que yo no me imaginaba hasta entonces. Nos contó la historia que yo les conté a ustedes hace un rato, y de ahí en adelante no paro de hablar. Siento que fue el café que le di que lo hizo cambiar. Probablemente fue el café.