domingo, 9 de octubre de 2011

9. Deliberacion.

     -¿Cuál diría el que apuñala que son las dos puertas malas? – Propuso Lisa sin rodeos.
      Nacho pensó por unos momentos.
     -Pero me iría de puñalada probablemente, se supone que la pregunta sea simple. – Dijo él.
     -Entonces dilo de una manera más simple – Respondió ella, un poco molesta.
     -Pero en cualquier caso no serviría, las respuestas serian diferentes para el que miente y el que no. – Dijo Nacho.
     -¡Entonces di algo tú, si eres tan bueno en esto! – Le grito Lisa, ya enojada.
      Nacho se quedó callado. En realidad no había pensado nada sobre su desafío; se había limitado simplemente a escuchar los intentos de los demás y comprobar que no servirían de nada.
     -No sé, no lo he pensado. – Dijo el, avergonzado.
     -¡Pues tienes que pensar! ¿Acaso quieres terminar condenado por toda la eternidad encerrado en un ataúd cocinado por un fuego eterno? – Dijo Lisa como una madre retando a su hijo por no seguir la carrera que ella quería. Era lógico que Nacho debía concentrarse en resolver el reto. No le quedaba mucho tiempo.
      Pero Nacho tenía otras cosas en su mente.
    -¡¿Cómo sabes tú lo que yo quiero?! – Dijo el, como un hijo a su madre cuando esta le obliga a estudiar una profesión que él no quiere, mientras sus ojos se volvían vidriosos.
     A Lisa le sorprendió esta repentina respuesta. No tenía idea sobre lo que hablaba Nacho, ¿por qué no iba a querer salvarse de aquel castigo? Así que decidió no tocar más el tema. Pero tenía planeado probar su ingenio.
    -Había una vez un bufón que fue condenado a muerte por la corte del Rey, pero se le permitió escoger la manera de morir. Al final el vivió por muchos años más. ¿Qué manera eligió?
     Nacho la habrá pensado por uno o dos segundos.
    -¿Morir de viejo? – Titubeo el, mientras se secaba los ojos. Me parece que titubeo porque simplemente le pareció demasiado fácil para ser cierto.
    -Eh, sí. – Dijo Lisa, algo molesta por su rapidez. – Pero seguro ya lo conocías.
    -Te juro que nunca lo había escuchado antes. – Respondió el.
    -Como sea, otro. Un hombre llega a un lugar y muere al instante. Si hubiese sacado algo de su mochila antes de llegar hubiese sobrevivido. ¿Qué cosa tenía que haber sacado? – Continuó Lisa.
    -Ummm,  ¿una máscara de gas? No, espera. ¡Un paracaídas! – Dijo Nacho.
    -Sí, sí, esa es la respuesta. – Obviamente Lisa esperaba ser ella quien tuviese que explicarle estos acertijos a Nacho. – Un hombre apaga la luz y se va a dormir. A la mañana siguiente se enteró de que por su culpa habían muerto muchas personas. ¿Qué había pasado?
    Nacho tuvo que pensar más para este que para los otros dos.
   -Apagó la luz… y se fue a dormir… Pudo haber sido algún trabajador de una planta eléctrica. Pero no, eso sería electricidad, no luz. ¿Quizás alguien que trabajase en una fábrica? Pero las fábricas no funcionan de noche y creo que nadie duerme en ellas. ¿Una torre de control de un aeropuerto? Pero los aviones realmente no necesitan luz… ¡Espera! ¡Lo sé! ¡Un faro! ¡El hombre controlaba un faro!
   Lisa estaba bastante sorprendida esta vez.
   Si, tienes razón. Esa es la respuesta. – Dijo ella. Realmente quería que Nacho se equivocara.
  -Oye, ¿y no tienes de esos re largos que salen a veces que hasta hay que anotarlos en un papel? – Pregunto Nacho.
  -No. – Dijo tajantemente ella. Esos “largos y difíciles” son nada más que una ecuación larga o algo así, pista por pista vas revelando hasta que tienes la respuesta. Solo requieren un poco de paciencia, pero tienen una formula como cualquier operación matemática. No tienen nada de ingenio real, igual que esas de que tales personas tienen que cruzar tal rio pero solo caben dos en el bote y la cabra no puede ir con el lobo y bla bla, ¡NO SIRVEN! Son puras formulas y formulas. Bueno como sea. Ahora otro.
    Pero en ese momento interrumpí yo. Había entrado sin que se diesen cuenta, y estaba bastante aliviado de que Nacho estuviese allí. Fui y me senté en la mesa en la que estaban.
   -¿Otra vez tirando esas adivinanzas de niños? Nacho, si quieres entrenarte un poco más, yo sé en realidad a donde tienes que ir.
    Y justo ahí entró por la puerta una Diata.

1 comentario: